LA CUESTIÓN DE LA VIOLENCIA.
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LA CUESTIÓN DE LA VIOLENCIA.
Es este un tema muy importante, por cuanto el Sistema define sistemáticamente a los socialpatriotas como individuos violentos ( en todos sus matices:
machistas, racistas, xenófobos...)
El socialpatriota NO rechaza la violencia porque no se somete a ningún dogma. Y no puede rechazar la violencia porque es consciente de su situación.
La realidad es que el socialpatriota vive amenazado permanentemente por un aparato de violencia construído por el Sistema y del que tiene el derecho y el deber de defenderse.
Este entramado de violencia consta de:
-Violencia física: bandas parapoliciales y cuerpos represivos.
-Violencia judicial: jueces, fiscales, cárceles, leyes represivas...
-Violencia psíquica: criminalización a través de los medios de comunicación y de la educación.
-Violencia social: policía del pensamiento, censura...
Ahora bien, el socialpatriota (salvando el caso de la legítima defensa) debe saber distinguir entre la violencia burguesa del Sistema y la violencia revolucionaria.
-Violencia burguesa: de carácter individualista, irracional, de esencia anarquista, generalmente injusta, que suele ser perjudicial para el movimiento socialpatriota y ayuda a legitimar la violencia del Sistema.
-Violencia revolucionaria: de contenido creativo y esencia comunitaria (la ejecuta un ejército), racional (obedece a una estrategia, es disciplinada, técnica, fría), generalmente es justa en sus objetivos, reflexiva, ayuda a avanzar al movimiento socialpatriota y, a la larga, deslegitima la violencia del Sistema.
El socialpatriota sólo está legitimado a utilizar la violencia revolucionaria, y toda organización socialpatriota debe ser implacable con los que utilizan la violencia burguesa.
Condiciones necesarias para justificar el uso de la violencia revolucionaria:
-Obedecer a un plan estratégico y a unos objetivos políticos.
-Debe estar dirigida a los núcleos del poder real del enemigo.
-La violencia es muy cara. Hay que analizar los beneficios y los riesgos, y cómo se van a afrontar los daños.
-Cada operación táctica está dirigida por una jerarquía, obedece a una decisión de los órganos de dirección política, con disposición de los medios necesarios y de la información pertinente.
-Debe ser proporcionada. Nada más rechazable que la violencia desproporcionada o indiscriminada.
-Nunca subestimar al enemigo, esto evitará muchos problemas. Y nunca despreciar al enemigo noble, pensar que mañana puede estar a nuestro lado. Debemos ser portadores de una ética guerrera.
-Tener en cuenta que todo acto de violencia habrá de poder ser justificado de forma clara y evidente ante la opinión pública.
De todo lo anterior, se deduce que el socialpatriota NO debe practicar la violencia salvo que milite en una organización, esté bajo su disciplina, cumpla las condiciones subjetivas para ello, se den las condiciones objetivas que la justifiquen y reciba las órdenes pertinentes de sus mandos orgánicos.
Un saludo.
A. Manrique. Secretario de Organización.
machistas, racistas, xenófobos...)
El socialpatriota NO rechaza la violencia porque no se somete a ningún dogma. Y no puede rechazar la violencia porque es consciente de su situación.
La realidad es que el socialpatriota vive amenazado permanentemente por un aparato de violencia construído por el Sistema y del que tiene el derecho y el deber de defenderse.
Este entramado de violencia consta de:
-Violencia física: bandas parapoliciales y cuerpos represivos.
-Violencia judicial: jueces, fiscales, cárceles, leyes represivas...
-Violencia psíquica: criminalización a través de los medios de comunicación y de la educación.
-Violencia social: policía del pensamiento, censura...
Ahora bien, el socialpatriota (salvando el caso de la legítima defensa) debe saber distinguir entre la violencia burguesa del Sistema y la violencia revolucionaria.
-Violencia burguesa: de carácter individualista, irracional, de esencia anarquista, generalmente injusta, que suele ser perjudicial para el movimiento socialpatriota y ayuda a legitimar la violencia del Sistema.
-Violencia revolucionaria: de contenido creativo y esencia comunitaria (la ejecuta un ejército), racional (obedece a una estrategia, es disciplinada, técnica, fría), generalmente es justa en sus objetivos, reflexiva, ayuda a avanzar al movimiento socialpatriota y, a la larga, deslegitima la violencia del Sistema.
El socialpatriota sólo está legitimado a utilizar la violencia revolucionaria, y toda organización socialpatriota debe ser implacable con los que utilizan la violencia burguesa.
Condiciones necesarias para justificar el uso de la violencia revolucionaria:
-Obedecer a un plan estratégico y a unos objetivos políticos.
-Debe estar dirigida a los núcleos del poder real del enemigo.
-La violencia es muy cara. Hay que analizar los beneficios y los riesgos, y cómo se van a afrontar los daños.
-Cada operación táctica está dirigida por una jerarquía, obedece a una decisión de los órganos de dirección política, con disposición de los medios necesarios y de la información pertinente.
-Debe ser proporcionada. Nada más rechazable que la violencia desproporcionada o indiscriminada.
-Nunca subestimar al enemigo, esto evitará muchos problemas. Y nunca despreciar al enemigo noble, pensar que mañana puede estar a nuestro lado. Debemos ser portadores de una ética guerrera.
-Tener en cuenta que todo acto de violencia habrá de poder ser justificado de forma clara y evidente ante la opinión pública.
De todo lo anterior, se deduce que el socialpatriota NO debe practicar la violencia salvo que milite en una organización, esté bajo su disciplina, cumpla las condiciones subjetivas para ello, se den las condiciones objetivas que la justifiquen y reciba las órdenes pertinentes de sus mandos orgánicos.
Un saludo.
A. Manrique. Secretario de Organización.
A. Manrique- Mensajes : 9
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