Crimen y castigo.

El castigo físico está prohibido por la ley. Está considerado como un castigo "cruel y extraordinario".
Personalmente no comprendo la objeción al castigo "cruel y extraordinario". Aunque un juez haya de ser benévolo en sus propósitos, su sentencia ha de hacer que el criminal sufra, o no hay castigo, y el dolor es el mecanismo básico, innato en el ser humano (de hecho, en todos los animales) merced a millones de años de evolución, que nos salvaguarda al avisarnos de que algo amenaza nuestra supervivencia. En cuanto a lo de "extraordinario", el castigo debe ser extraordinario, o no sirve a sus propósitos.
Entonces, ¿por qué ha de negarse la sociedad a utilizar un mecanismo de supervivencia tan altamente perfeccionado?
Si embargo, nos limitamos a dar al delincuente unas palmaditas en la espalda y a rogarle, por favor, que sea bueno. En el peor de los casos, se le encierra con otros como él, un encierro aburrido pero cómodo, que en general sólo sirve para consolidar sus hábitos criminales.
El error de esta sociedad bienintencionada es que parte de una premisa equivocada: supone que el ser humano tiene un instinto moral.
Falso, el hombre no tiene instinto moral. No nace con sentido moral. Nosotros adquirimos el sentido moral, si es que lo adquirimos, mediante el adiestramiento y la experiencia.
En suma, ¿qué es el instinto moral? Es una elaboración del instinto de supervivencia. El instinto de supervivencia está en la misma naturaleza humana, y todo aspecto de nuestra personalidad deriva de él. Todo lo que entra en conflicto con el instinto de supervivencia actúa, más pronto o más tarde, para eliminar al individuo. Esta verdad es matemáticamente demostrable, y comprobable en todas partes. Es el imperativo eterno que controla todo lo que hacemos. Pero el instinto de supervivencia puede y debe cultivarse en motivaciones más sutiles y complejas que el instinto ciego y brutal del individuo por seguir vivo.
Lo que llamamos "instinto moral" no es más que lo aprendido de nuestros mayores: la verdad de que la supervivencia colectiva puede estar por encima de la supervivencia personal. Por ejemplo, la supervivencia de nuestra familia. O de nuestra Nación, si seguimos ascendiendo en la escala.
Por tanto, el sentido moral debe estar arraigado en el instinto de supervivencia del individuo, y debe describir correctamente la jerarquía de supervivencia: individuo, familia, grupo social...
Resumiendo, la base de toda moral es el deber, un concepto con la misma relación con respecto al grupo que el interés egoísta tiene con respecto al individuo. De ahí la importancia del castigo "cruel y extraordinario", crucial para la supervivencia de la sociedad.

A. Manrique. Secretario de Organización.